Blogia
Rincón literario

MIYU, la coneja

MIYU. El Final

Cuando en  esas tristes meditaciones estaba se oyeron sonidos de trompetas y ante mis llorosos ojos apareció un conejo blanco y azul ¡con alas! En sus patitas sujetaba un libro de los mismos colores que él tenía. Yo no salía de mi asombro, me estaba empezando a volver loca, cuando oí una voz melodiosa del conejo portador del libro.

-Escucha Miyu.

-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Por qué tienes alas? ¿Qué contiene ese libro?

-Por favor, Miyu, pareces una metralleta, responderé a tus preguntas una a una ¿de acuerdo?

Asentí con mi cabecita.

-Tu nombre lo sé porque está escrito en este libro. Tengo alas por que soy un ángel conejo. Y lo que contiene el libro es tu vida entera desde el momento en que naciste hasta el momento de tu muerte.

Yo estaba cada vez más perpleja pero esta vez nada más miraba en espera de una explicación coherente a todo lo que estaba pasando. El conejo ángel retomó la palabra.

-Aclarada ya tu curiosidad, te explicaré a que se debe mi visita. Como te he explicado antes en este libro está reflejada tu vida, tus acciones buenas y malas, lo que has hecho y lo que has dejado de hacer por tus semejantes, y sobre el día en que tienes que dejar esta vida y rendir cuenta de tus acciones… Y ese día no ha llegado, por lo tanto, no puedes disponer de tu vida, pues libro blanco y azul está anotado todo lo que han hecho por ti, sin embargo el apartado de lo que debes hacer por los demás está vacío. Mientras esas páginas no estén llenas no habrá llegado el momento de irte al otro lado.

-¿Y qué puedo yo hacer por los demás?

-Muchas cosas, por ejemplo, dar cariño sin esperar nada a cambio. Enseñar lo que sabes a los demás. Cuidar enfermos, consolar a todos los que sufren, dar tu amistad al que la necesite y sobre todo no pensar solo en ti, deja el egoísmo a un lado y piensa en el que tengas a tu lado.¿Te sirve así o prefieres que siga enumerando cosas que puedes hacer por toda la sociedad conejil conocida o desconocida?

-¡Ya! ¿Y quién escribe todo eso en ese libro?

-Esas cosas se escriben solas.

-Enséñamelo por favor.

-N o puedo Miyu, tu no lo puedes leer, es invisible, sólo lo vera en su día el Dios Conejo y te juzgará por lo que lea, así es que empieza a no pensar que el mundo conejil eres tu, y solamente tú.

Dicho esto, aleteó sus blancas alas y desapareció. Quedé mirando el vació que había dejado el ángel conejo, todavía pensando que había sido un sueño o una alucinación que me había jugado mi cerebro de tanto llorar, pero cuando bajé los ojos hacia el suelo vi unas pequeñas plumas blancas con las puntitas azules. No había sido un sueño, era real. Entré en la casa con la intención de tener una conversación con Madan, ella estaba sentada en su cojín con la mirada perdida, como si meditara algo importante.

-Madan necesito hablar con usted.

-Dime Miyu,  te escucho- habló en tono cansado.

-Madan, yo sé que contraje una deuda con usted, la cual estoy dispuesta a pagar.

-Yo no considero que tengas dicha deuda.

-Pero si usted no me deja que pague mi deuda ¿Cómo voy a escribir algo en el libro?

-¿De qué libro hablas?- preguntó extrañada Madan – Escúchame  Miyu, yo he pensado mucho en estos días y he decidido proponerte algo.

-Diré que sí a lo que sea.

-Quieres dejarme que me explique, siempre tan impetuosa. He decidido que tienes que hacer un largo viaje conocer otras comunidades conejiles y olvidar el pasado.

-Pero si me voy ¿Quién cuidara de usted cuando sea más viejecita?

-Todo a su tiempo Miyu. Yo creo que deberías ir a España, tiene un clima soleado y eso será bueno para mis patitas que ya empiezan a resentirse.

-¿O sea que usted también viene?

-No Miyu, no voy todavía, iras tú la primera contactaras con la comunidad conejil. Con el idioma no tendrás problemas, como sabes estudiaste español en tu preparación de geisha, con lo que sabes te defenderás. Cuando te sitúes y encuentres un trabajo, me mandarás llamar para pasar mi vejez contigo; con eso me considero pagada del todo ¿Qué te parece la idea?

-Me parece demasiado generosa ¿Y cómo pagare el viaje, y los gastos hasta que encuentre trabajo?

-Eso esta solucionado, lo que pagó tu protector por tu virginidad, está guardado en aquella cajita ovalada ¿aceptas?

-Claro que lo acepto, y la prometo que no la voy a decepcionar.

-Así después de un largo viaje llegue a parar a vuestra comunidad conejil. Ya estáis al tanto de mi vida y de lo que tengo que hacer de ahora en adelante.

-¡Oh, qué apasionante ha sido tu vida- exclamo Beatriz.

-Por el trabajo no te preocupes hace tiempo que no tenemos bibliotecaria ¿aceptas?-pregunto Lucrecia.

-De mil amores. Yo, aparte, podré daros clases de música , de Taichí y de  historia.

-¿Y qué podremos enseñarte nosotras?- preguntó Charo

-Vosotras me enseñaréis a guisar, limpiar la madriguera y, lo más importante de todo, a cuidar a los gazapos, pues así cuando vosotras tengáis nietos u otras señoras conejas  de la comunidad podré ser útil cuidándolos.

-Pero eso es muy fácil –contestó Adela

-Para vosotras, yo nunca lo he hecho y por lo tanto será muy complicado.

La puerta de la sala se abrió dando paso al señor conejo Mariano, y ajustándose la gorra de plato habló con voz autoritaria.

-Señoras, el tiempo de la tertulia ha finalizado, tengan la bondad de ir saliendo que tengo que cerrar el Centro de Cultura Conejil.

-Siempre con las mismas prisas, Mariano, ya no vamos- dijo Beatriz levantándose de su cojín –. Vamos señoras conejas vallamos saliendo.

Se despidieron todas a la puerta del centro con varios lametones y expresiones de cariño.

Han pasado seis meses desde la llegada de Miyu a la comunidad. Ha empezado a trabajar como bibliotecaria, las clases que imparte van viento en popa a toda vela. Las señoras conejas no tienen tiempo ni de resoplar. Pero de todas las actividades la que más les gusta son las clases de taichi. Se sienten más libres más relajadas . Los señores conejos y los gazapos  están anonadados del cambio que han tenido las señoras conejas

Son más independientes, más cultas, se quieren más y por supuesto, esto repercute en toda la comunidad conejil. Por su parte Miyu ha aprendido a guisar, coser,  arreglar la madriguera y cuidar a los miembros  enfermos de la comunidad. Con la llegada de Miyu han conseguido sacar lo mejor que cada uno llevaba dentro.

Madan fue llamada por Miyu y por toda la comunidad para que viniera a vivir con ellos. Toda la comunidad la  acogió con gran cariño y con ella los más jovencitos aprendieron a respetar a sus mayores y a valorar que ellos tienen que aprender mucho de los más viejos. Y eso Madan  lo con siguió con infinita paciencia, los reunía  todos los sábados por la mañana porque no había escuela  y ,contándoles bellísimos cuentos japoneses, fue consiguiendo su atención y haciendo que se interesaran por los mayores de la comunidad y sus pequeñas batallitas como anteriormente decían los mas jóvenes y que ahora las llamaban historias interesantes y estaban deseando que llegara el sábado para lo que llamaban ellos la reunión de los cuentos de Madan, los cuales les molaban cantidad.

Sólo rompía la paz en la comunidad conejil  lo mal que habían reaccionado algunos señores conejos, aunque afortunadamente la mayoría valoraban mucho el cambio de las señoras conejas, pues era mucho más enriquecedor  tener al lado una coneja  culta y poder hablar con ella de igual a igual. Pero algunos conejos les molestó que las señoras conejas quisieran aprender más, leer, hasta el taichi les parecía algo esotérico.

Pero poco a poco las señoras conejas fueron asistiendo a las clases, se interesaban por diferentes materias y que ellos por eso no dejaban de ser unos machotes conejos, si no todo lo contrario, la sensibilidad y el admirar lo bello no esta reñido con ser un conejo muy conejo. Los que no entraron en la dinámica no me merece dedicarles ni una sola línea, son dignos de lastima.

Miyu. Ella está escribiendo en el libro azul blanco todo lo que necesita para llegar un día a tener el libro completo, y cuando tuviera que coger el tren que la llevaría “al otro lado” (cosa que todavía tardaría mucho años) tuviese su vida escrita con las buenas y las malas acciones  para ponerlas en la balanza para juzgar su paso por la vida .Porque en  esta vida no se puede viajar como una maleta, no debes desplazarte de un lado a otro sin que sufras, ames, te equivoques una y otra vez, y cada vez que caigas levántate.

 

Gracias a todos por leer mi historia.Llametones.

 

Miyu

 

.

 

Dopaso

Miyu 8

 

Mi presentación como geisha fue un éxito total, esta feo que yo lo diga, pero hemos dicho que diríamos la verdad.Yo estaba bellísima con mi kimono carmesí; el color resaltaba el blanco de mi piel. Fui el centro de atracción de todos los asistentes y la envidia de otras geishas.

En adelante era requerida en todas fiestas y reuniones que se preciaran en importancia, pues a ellas acudía la alta sociedad  conejil de Kyoto.

Cuando llegamos a casa Madan me hizo sentar en un cojín de seda ella se quedó de pie en sus dos patitas de atrás. La verdad es que Madan tenía un empaque y una elegancia sin par, en sus tiempos fue la geisha más cotizada de todo Japón.

-Miyu, ha llegado la hora de presentarte a tu protector.

-Ya me había hablado sobre eso Madan ¿Cómo es mi protector?.

-Es un caballero conejo muy importante.

-No me refiero a su estatuto social, si no como es como conejo.

-Ya tu sabes que hay conejos que tienen cierto parecido con los cactus su apariencia externa es dura y agresiva, pero en el corto periodo que dan flores puedes ver un alma bellísima a esa clase de conejos pertenece tu protector. A parte de su estatus social tampoco `puedes tener queja, es el medico personal del Emperador.

-Madan ¿Yo estaré  preparada para tan alto protector?

-Si Miyu lo estas solo tienes que poner en practica todo lo que aprendistes  y recordar siempre, siempre que por muy bella que seas, que lo eres, por mucho que sepas tratar los temas de los que tu protector quiera hablar contigo el mejor regalo que puedes hacerle es tu discreción y saber escuchar, no solo oír ¿me has entendido Miyu?

-Si Madan, espero no decepcionarlos a ninguno de los dos.

-Estoy segura de que lo vas a conseguir. Tú eres una conejita bella por dentro y esplendida por fuera. Ahora vallamos a descansar mañana tienes que estar radiante para la presentación con tu protector.

-Buenas noches conejiles Madan.

-Buenas noches Miyu.

La mañana siguiente fue trepidante, desayuno baño con sales relajantes, aceites aromáticos.

-¡Esto es el colmo!- gritó enfurecida Lucrecia-; una coneja bañándose con agua y no sé cuantos potingues. ¿Dónde se ha visto tamaña atrocidad?

-No te enfades Lucrecia, si lo llegaras a probar verías que es algo delicioso

-Yo ni muerta.

-Martina por favor –aseveró Charo –, deja ya de interrumpir.

-¡Hala! Ya me callo.

Volvió a tomar la palabra Miyu.

-Después del polémico baño, me perfumaron, maquillaron, peinaron… Por cierto,  el peinado de una geisha puede tardar horas y horas en realizarse por eso cuando duerme la cabeza nunca posa sobre la almohada, sino sobre el cuello, dejando la cabeza totalmente al aire.

-¡Ala!-exclamaron todas a coro.

-Ni que decir tengo que acostumbrarse a dormir así es muy duro, pero la disciplina todo lo puede. Lo último de todo fue que vistieron para esa ocasión; Madan había escogido un kimono azul eléctrico, con adornos en las bocamangas. Yo estaba nerviosísima, los bigotes no dejaban de temblarme Madan se dio cuenta y me ofreció un vasito de sake,  pata de coneja santa, y me tranquilice de inmediato. En el reloj de salón dieron las siete en punto y en ese momento sonó la campanilla de la puerta. La doncella de Madan salió presurosa  a abrir. En el umbral de la puerta apareció un señor conejo elegantemente vestido de riguroso negro.

-Pase, pase, por favor, excelentísimo sr.conejo- dijo Madan inclinando la cabeza.

El aludido entró sin despegar los labios.

-Tome asiento, por favor-rogó Madan.

-Gracias estoy bien así.

Desde que le vi en el umbral pensé en lo que me había dicho Madan, era como un cactus, grande, tieso, con grandes pinchos ¿Cómo podría aceptar a un protector tan poco asequible?

Madan rompió mis pensamientos de golpe.

-Miyu, éste es el Excelentísimo sr. Yanamola .

Me adelanté un poco, hice una leve inclinación de cabeza. Todo mi cuerpo temblaba como una hoja al viento.

-Alza la cabeza Miyu, quiero contemplarte.

Cuando alce la vista hacia él, al mirar sus ojos negros y penetrantes vi la flor de que me había hablado Madan .Su mirada desprendía bondad y una gran  paz, esa debía ser el alma del sr. Yanamola como la flor del cactus.

-¡Qué bonito! –exclamo Charo -

-Déjate de romanticismos y vayamos al grano-dijo Martina.

-¿Qué grano?-pregunto Adela- o me he perdido algo de la historia o yo no veo un grano por ninguna parte.

-Coneja tonta de las cuatro patas, lo del grano es una manera de hablar.

-La coneja tonta de las cuatro patas serás tú por hablar de esa forma.

-Vale ya de discusiones que no nos llevan a ninguna parte-sentenció Beatriz.

-Otra tonta de las cuatro patas, pero si estamos en la reunión y no queremos a ninguna parte-contestó Charo  toda llena de razón y luego se dirigió a Miyu con un gesto indicándola  que prosiguiera su relato.

-Pues, como os iba diciendo, aquel señor conejo me impactó. Los días que fui pasando a su lado me iban mostrando su alma noble, su inteligencia, en fin, me fui enamorando como una coneja del romanticismo. Él a su vez me colmaba de regalos, era cariñoso y dulce como yo jamás  había podido imaginar. Pero en la vida no son todo rosas, hay espinas, y cuando se clavan duelen sobre todo las que se clavan en el alma.

-¿Y a ti se te clavaron Miyu?- preguntó Adela

-Por supuesto que si. Un día el emperador llamo al sr. Conejo Yanamola a su presencia, no por que necesitara consulta medica, si no para comunicarle que le había encontrado entre la nobleza del Japón, una señorita coneja instruida, bella, y de moral intachable para concedérsela como esposa.

El emperador ,como era de esperar, estaba enterado de que era mi protector, por lo que en un paréntesis en su exposición de los hechos, hizo prometer al sr. Conejo que lo nuestro acabaría.Él tuvo que prometer al emperador que así sería, rompiendo su corazón y el mío.

Cuando yo me enteré por el mismo Yanamola, quise morir, pero al mismo tiempo vi una gran tristeza en sus ojos, y aquel conejo tan duro para algunas cosas no pudo evitar que dos lágrimas se escaparan de sus ojos y humedecieran mis hociquitos. Madan se deshacía en atenciones conmigo, pero yo sabía que ahora tendría que buscar clientes para pagar la deuda contraída con ella. Mi vida no tenía sentido, lloré y lloré hasta que decidí que pondría fin a mi vida…

MIYU 7

 

- Empezare por el principio. Una geisha es algo muy especial, no todas las conejas pueden llegar a serlo; se necesita belleza, elegancia, un gran espíritu de sacrificio y sobre todo una gran habilidad para escuchar. Todo lo demás lo puedes aprender, pero si falta sobre todo la discreción y la paciencia nunca serás una buena geisha, acabaras siendo una vulgar prostituta.

-¿Prostituta?  Eso suena a algo malo.

-Una prostituta es una coneja que vende su cuerpo por dinero.

-Pero si vende su cuerpo ¿para qué quiere el dinero si ella ya no existe?

-Que inocente eres. Miyu. habrá que trabajar mucho contigo ¿Por supuesto eres virgen?

-¡Virgen, virgen! ¿Eso qué es?

-Perdona Miyu, se me olvidaba que has sido mascota en tu corta vida. Pero en tu memoria genética tiene que haber escrito recuerdos. ¿Sabes al menos que las conejas nos reproducimos, tenemos gazapo,s y eso sin la colaboración de un señor conejo no puede ser…Porque no me voy a poner a explicar técnicas más modernas para tener gazapos.

-Sí, sí, en mi memoria genética tengo grabado que algún día tendré gazapos, los amamantare y haré una casa madriguera para ellos.

-Olvídate de los gazapos, una geisha jamás debe tenerlos.

-¿Por qué? Debe ser precioso tener gazapos pequeñitos y cuidarlos.

-Una geisha esta llamada a grandes cosas para la humanidad, no puede interrumpir su carrera en los años fértiles pues anularía todo el trabajo, el esfuerzo y los yenes que en ti voy a emplear.

-¿Para qué quiere el dinero una geisha?

-Para llegar a ser geisha, necesitas aprender baile, tocar diferentes instrumentos musicales, tienes que tener una amplia cultura, saber las técnicas del abanico, saber cantar la ceremonia del te. Aprender a maquillarte, los peinados que llevarás serán de gran complicación; tu cuerpo y cara hay que cuidarlos como si fueran un templo. Todo esto y más cosas costaran muchos yenes.

-¿Y para que necesita una coneja geisha todo esa sabiduría?

-Por que la geisha debe complacer en todo a los sres. Conejos.

-¡Los señores conejos son muy exigentes!

-Más que exigentes son narcisistas.

-Narci ¿Qué?

-Bueno Miyu no quieras saber todo tan deprisa, el aprendizaje que tienes que seguir es largo. No quieras correr tanto, cada cosa a su tiempo.

-Madame, pero al menos podré preguntar ¿Cuándo empezamos?

-No ves como vas muy deprisa, tienes que saber las condiciones del contrato que tenemos que firmar.

-¿Contrato?

-Date cuenta, no sabes nada de nada, perdona se me olvidaba otra vez que has sido mascota.

 

 

Durante los días siguientes Madame, me iba poniendo al corriente de todos los trámites y las largas horas de clase que tendría que seguir.

-Sí…Sí –cortó Martina- Pero lo del contrato no nos lo has aclarado.

-Es cierto. El contrato era un documento en el que yo me comprometía con Madame que parte de mis ganancias irían a su poder, pues yo tenía que amortizar todos los yenes que habría gastado en mi educación: kimonos, joyas, peinados, maquillajes. Y cuando terminara de pagar todo esto, contribuiría al gasto de la casa mientras Madame viviera. Empecé enseguida mi aprendizaje, eran horas y horas de clases de baile, música, canto, abanico, maquillaje. Igualmente clases de cultura en la que me impartían, historia, política geografía, arte japonés, arte floral y sobre todo, como me dijo Madame el primer día, discreción.

-¿Discreción, para qué?-preguntó Adela –Ni que se fueran a confesar.

-Parecido-volvió a tomar la palabra Miyu-. Un señor conejo busca en una geisha paz, que le escuchen, pues desnudan su alma por completo, seguros de que todo lo que hablen quedara entre ellos. Todo lo que haga una geisha, tiene que ser bello sus movimientos, el timbre de su voz, la ceremonia del the.

-Pero también habrá sexo-preguntó Beatriz-

-Eso es largo de contar. A una geisha la llaman para fiestas y reuniones. Una geisha importante suele tener un protector, el cual pagara una cantidad si la geisha es virgen. La que no puede lograr un protector tiene que tener sexo con diferentes sres. Conejos. La suerte de una geisha, es que su protector sea un caballero… Bueno, que me enrollo. Íbamos poreso de yo salía de una clase y me metía en otra…

Fue un tiempo agotador pero bonito a la vez. Yo tenía grandes ansias de aprender y aprovechaba cada segundo de mis clases .La verdad es que los profesores estaban muy contentos conmigo, y sin duda lo que más me ayudó fue mi gran curiosidad.

Cuando acabe todos mis estudios, Madame me llamó su despacho, me hizo sentar y me habló con la voz suave que la caracterizaba.

-Estoy muy contenta contigo, no me equivoque apostando por ti, pero ahora me toca pedirte lo más difícil ¿estas preparada?

-Ud. dirá Madame.

-Una geisha tiene que renunciar a ser madre, pues eso rompería su carrera y se tirarían todos los yenes invertidos en ella.

-Ósea ¿nunca podré tener gazapos?

-Eso es.

-Y que haremos al respecto.

-Tendrás que someterte a una intervención quirúrgica.

-¿Me dolerá mucho?

-No, te cuidaremos. El Dr. Conejo es de toda nuestra confianza, aunque de todas formas tu tienes la ultima palabra.

-Si he llegado hasta aquí no voy a tirar todo por la borda.

-De acuerdo. Entonces sólo queda que hagas el juramento conejil. Levanta tu patita derecha y repite conmigo. Juro por mis orejitas, hociquito y sobre todo por mi pompón que tengo por rabito, cumplir todo lo pactado con Madame. Si así lo hiciese que el Dios Conejo me lo premie y si no lo cumpliera que me castigue.

Fui repitiendo palabra por palabra todo el juramento, cuando acabé, Madame se levantó y atrayéndome hacia ella me abrazó cálidamente, dándome cariñosos lametones. Mi alma se inundó de felicidad, percibí que no me había equivocado en mi decisión.

miyu (6º parte)

Cuando desperté estaba metida en una jaula y varios conejos me observaban.

-¿Cuánto podemos pedir por ella? El burdel de la esquina paga bien.

Yo estaba muerta de espantó. De pronto se abrió una puerta y todos callaron al momento.

-¿Qué tenéis ahí pillastres?

-Nos la hemos encontrado, lo juramos, Madame coneja.

Madame Coneja estaba ya entrada en años pero guardaba todavía una gran belleza y una elegancia extraordinaria. Vestida con su kimono conejil parecía que en vez de andar levitaba. Acercándose a la jaula observó durante largo rato y luego preguntó.

-¿Dónde habéis encontrado esta belleza conejil?

-En el parque, lo juramos por la memoria de nuestros antepasados conejos.

-¿Y pensabais sacar muchos yenes conejiles?

-Habíamos pensado vendérsela al burdel.

-Vosotros sois tontos de las cuatro patas. ¿Cómo pensábais vender a una coneja tan delicada y bella?

Y mirándome dulcemente trató de tranquilizarme.

-Respira hondo conejita y cuando puedas dime tu nombre, yo no dejarte que te pase nada malo.

Quise hablar pero la voz no salía de mi garganta. Madame tomó en sus manos una botella, sacó un vasito pequeño, lo llenó y me lo dio a beber. Yo lo apuré de un trago y empecé a toser convulsivamente.

- !Esto quema! ¿Qué es?

-Saque -respondió Madan- , te ha devuelto el habla. Ahora si me dirás tu nombre.

 –Miyu, me llamo Miyu, señora Coneja.

-Encantada de conocerte, llámame Madame como todos.

-¿Qué va ser de mi Madame?

-Lo primero te sacaré de esa jaula si prometes no escapar. Luego te asearás, comerás y descansarás un poco, más tarde tendremos una larga conversación.

 

Todo sucedió  como Madame había dicho. Me aseé, comí y descansé; después de dormir un poco, parecía que ya no era todo tan terrible, que mi vida podría tener una salida. Cuando llegó la tarde, la doncella coneja de Madame  nos sirvió the y unos pastelitos con frutas, todo estaba buenísimo.

Empecé a pensar si todo aquello era realidad, pues era demasiado bonito después de los acontecimientos  pasados, pero Madame tomó la palabra y, mirándome fijamente como si quisiera penetrar en mis pensamientos, dijo:

-Yo tengo para ti un buen porvenir, pero el trayecto para llegar a él es largo, costoso y de gran esfuerzo por tu parte.

-¿De qué se trata Madame?

-¿Quieres que yo haga de ti la mejor geisha de todo Japón? .

-¡ Geisha ¡ -exclamaron todas las señoras conejas a coro, pero Martina subrayó con voz alta lo que las demás pensaban .

-¿Las geishas son prostitutas? ¿No?

Miyu con cierta tristeza en su voz aclaró.

-Eso es lo que en Europa creen, pero están muy equivocados , quizás porque en nuestra cultura una geisha es algo muy delicado y especial.

-Bien- interrumpió Beatriz- , continua Miyu por favor

Cuando Madan me hizo aquella pregunta, no supe qué preguntar pues yo ignoraba qué era una geisha.

-Contesta pequeña.

-Es que no sé qué es eso de una geisha

-¿No sabes qué es una geisha?

-No.

-¿Pero tú de qué mundo vienes?

-Yo era una mascota desde que era un bebe conejo.

-Acabáramos, tu nunca habías  salido de tu jaula y cuatro paredes ¿es así?

-Eso es, Madame.

-Bueno entonces tendremos que alargar mucho esta conversación para ponerte al corriente de lo que es una geisha.

Dopaso

UNA CONEJA LLAMADA MIYU Cuarta y quinta parte

-Yo como todas ustedes saben nací en Japón, para ser más exacta en Kyoto. Siendo un bebe coneja me vendieron como mascota.

-¿Una coneja mascota?- preguntó Beatriz- Las mascotas no son gatos o perros –No, de donde yo vengo, tener un conejo de mascota es muy normal.

-Dejadla que continúe; si interrumpimos a cada paso no nos vamos a enterar de nada-apostilló -  Lucrecia.

-Estábamos que me compraron para ser una mascota….En la casa tenía una jaula con mi bebedero, paja, comida preparada, me hacían muchos mimos, era el centro de toda la familia, me gustaba mucho que me acariciaran... A veces me regañaban por que yo roía las puertas, los muebles, me comían las zapatillas de mis amos, escarbaba…En fin,  hacía trastadas; pero es que yo era una conejita y cumplía con mi obligación. Por eso siempre me perdonaban y a mi me gustaba mucho que me quisieran; yo no había conocido otra vida y la que llevaba me parecía perfecta. Hasta los abuelos de la casa me daban todos los días una almendra que por cierto estaba riquísima.

Pero yo siempre he sido una coneja muy intrépida y deseosa de conocer mundo; así que en un descuido de mis amos escapé escaleras abajo, llegando a una calle repleta de humanos, con unos cacharros como cajas grandes que se deslizaban a gran velocidad, con humanos dentro, aquello era cosa de locos. Por los bordes los humanos iban andando deprisa y yo iba esquivando sus pies aunque alguno llegó a pisarme, produciéndome gran dolor en mi patita.

Y corrí, corrí hasta encontrarme en una especie de campo, bueno, lo que ellos llaman parque, y me escondí de cabeza entre la maleza. Pasé todo la noche allí metida; tenía hambre y sed y me acordaba de mi casita y lloré mucho; mi ansia de conocer más mundo me había llevado a esto Pero el cansancio hizo mella en mi y quedé profundamente dormida.

Cuando los primeros rayos de sol me despertaron, sentí que varios ojos me observaban. Froté con mis patitas mis ojitos, pero seguí viendo lo mismo, tres conejos grises enormes me miraban fijamente; mi cuerpo sintió un sentimiento que yo desconocía pero luego sabría que se llamaba miedo .Los enormes conejos hablaban entre ellos como si yo no existiera.

-Es preciosa –comentó el más alto.

Otro de ellos, que tenia grandes orejotas, le contest:ó

-¡Un poco joven para nuestros planes!

-Cuándo la juventud de una coneja tan bella ha sido un problema para nuestro negocio.

-Cierto- comentó el tercero.

Yo tenía ganas de correr, pero el sentimiento nuevo que había descubierto (miedo) me tenía paralizada. Entonces los tres gigantes empezaron a mirar mis orejas, mis patitas, mis bigotes, mi morrito, como si yo fuera una conejita de peluche, como una que tenía mi antigua amita.

-Está muy sana y bien alimentada, no perdamos más tiempo. Metámosla en el saco y llevémonosla.

Yo oía todo como si se tratara de un mal sueño. Pero cuando me encontré dentro de un saco oscuro y áspero empecé a comprender que no era un sueño, sino una realidad que yo me había buscado.

No se el tiempo que transcurrió metida en aquel horrible saco, pues la falta de aire , los nervios y el miedo hicieron que perdiera la consciencia.

-¡Qué horror!-exclamó Beatriz.

-Por favor dejadla que prosiga- susurró Adela, pues con la emoción no le salía la voz.

….

 

Dopaso

UNA CONEJA LLAMADA MIYU Tercera parte

Para ver primera y segunda parte puedes ir a http://rincon-literario.blogia.com/2008/110801-una-coneja-llamada-miyu-segunda-parte-.php

 

 

 

 

-Hace mucho tiempo que no sé lo que significa la palabra miedo, pero en tus ojos veo una gran traición y al mismo tiempo una gran necesidad de perdón.

El pelaje de Beatriz pareció erizarse y un gran escalofrío recorrió su frágil cuerpo

-Ahora eres tú la que debes pensar si quieres seguir con tu secreto, que daña tu alma, o tener la paz que tanto deseas.

Las señoras conejas estaban perplejas. ¿Cómo era posible que entre ellas hubiera tantos secretos? Miyu volvió a tomar la palabra.

-¿Beatriz, te encuentras bien? Quieres que llame al sr. Conejo Mariano para que te traiga un poco de licor de zanahoria.

Beatriz levantó la cabecita y empezó hablar con un hilo de voz.

-Has dado de lleno, llevo sobre mi conciencia conejil una gran traición y ya es hora de pedir perdón. Engañé a una de mis amigas conejas

-Basta, Beatriz- saltó imperiosamente Charo poniéndose de pie sobre sus patitas traseras -. Coneja amiga, hace mucho que te perdoné.

Beatriz miró con lágrimas los ojos a Charo.

-¿A caso tu sabías…?

- ¿Que tuviste una aventura con mi marido? Claro que lo supe. Pero puse en una balanza todo lo bueno que tú habías hecho por mi cuando cuidaste de mi madre enferma y así fui poniendo en la balanza todo lo bueno que habías hecho por mi, y en el otro lado la aventura que tuviste con Carlos, y la balanza se inclinó a tu lado y perdoné y olvidé. Carlos jamás supo que yo lo sabía; a él tardé mas tiempo en perdonarle porque me había jurado amor eterno, pero descubrí que el amor no es egoísta,  y perdoné y la paz volvió a mi espíritu conejil.

Miyu mirando a todas las señoras conejas exclamó:

-Charo es un alma noble y por consiguiente la más feliz de todas. Te felicito Charo, ser amiga tuya es un privilegio, espero que de ahora en adelante me consideres tu amiga.

Martina callada en su cojín empezó a reír con una risa nerviosa que agitaba sus orejitas.

-¿Qué te hace tanta gracia?-preguntó Adela.-Que una extraña haya tenido que poner patas arriba toda nuestra intimidad, cuando ella no ha contado nada de su vida… ¿Acaso se considera santa coneja, patrona de……?

-No seas tan impertinente, Martina, tú tampoco te has sincerado.-comentó Adela-. Claro que a ti no hace falta que Miyu mire tus ojos. Todas sabemos que tú eres una coneja pasota.

-¿Qué quieres decir con eso?.

-¿Realmente no lo sabes?.Siempre pasas de todo, quizás porque tu vida ha sido muy fácil y has pensado que todas las demás teníamos los problemas resueltos.

-¿De verdad pensáis eso de mi?.

-Sinceramente sí - contestó Lucrecia-, pero a pesar de tu egoísmo siempre te hemos querido y te seguiremos queriendo. Eres nuestra amiga y aunque nos gustaría que te implicaras más con los nuestros problemas, siempre serás nuestra amiga, porque los amigos se eligen y nosotras te elegimos. ¿Verdad señoras?.

-Cierto,  cierto - contestaron todas a coro.

Martina cortó a sus amigas y dirigiéndose a Miyu le espetó.

-¿Y tú, tienes algo oscuro en tu vida?.

Miyu estiro sus patitas ladeo graciosamente su cabecita y empezó a hablar.

....

 Dopaso

Una Coneja llamada Miyu (Segunda parte)

Si quieres leer la primera parte 

 

 

-Pues sea así -aseveró Adela. - Como todas sabéis mi vida ha sido sencilla y sin muchas inquietudes. Me casé muy joven con mi marido, que en paz descanse.

Beatriz tomó la palabra sin dejar continuar a Adela.

-Miyu, debes saber que Adela es viuda desde hace un año. Un santo, un santo era el sr. Conejo Isidro.

-Bueno-terció Miyu-deja que Adela siga con su relato.

-Como te ha contado Beatriz yo enviudé hace un año, isidro es el padre de todos mi gazapos, los cuales suman diez, además de varios abortos que tuve. Isidro era muy trabajador y hemos llevado una vida feliz y sin sobresalto alguno. Mis gazapos ya son mayores, unos trabajan en los campos de zanahorias y otros estudian la carrera de ingeniero agrónomo, total, que me encuentro muy sola en la madriguera que compartí con Isidro y los gazapos.

-Lo ves-interrumpió Martina-, nada que ocultar.

Miyu miró largamente a Adela y luego se dirigió a ella.

-Si tu vida ha sido tan tranquila y plácida como cuentas, ¿por qué hay ese destello de miedo en tus ojos cuando nombras a Isidro?

Martina volvió a interrumpir.

-¿Qué quieres, buscarle tres pies al conejo?

-Por favor Martina –terció Charo-deja que sea Adela la que conteste.

Adela miro de hito en hito a todas las sras. conejas, y con lágrimas en los ojos susurró.

-¿Cómo lo has sabido, Miyu?

Beatriz levantándose bruscamente preguntó.

-¿Qué tiene que saber Miyu que nosotras no sepamos?

Adela cogió aire, respiró profundamente y empezó a hablar.

-Por favor, hemos dicho que seremos sinceras, pero si me interrumpís a cada paso no voy a tener fuerzas para hablar.

Todas asintieron con la cabeza y Adela prosiguió.

-Lleva razón Miyu, cuando nombro a mi marido,… que en los infiernos esté.

Las sras. conejas se miraron como preguntándose. Adela había perdido la razón. El sr. Conejo Isidro era todo un caballero conejo.

-Sí, sí-prosiguió Adela –. Para vosotras Isidro ha sido un buen padre y un buen marido. Siento tanto decepcionaros, pero llevo este peso en mi corazón mucho tiempo. Isidro bebía mucho licor de zanahoria y cuando eso pasaba perdía los estribos,. Los gazapos,… yo misma… hemos recibido muchas palizas. Nunca conté nada, siempre pensaba que algo malo hacía yo para desencadenar esa violencia.

-Pero Adela… -habló Martina- ¿Cómo no has confiado en nosotras? Somos tus amigas.

-Tenía motivos para pensar que nadie me creería. Pues Isidro tenía muy buena reputación de conejo intachable dentro de la comunidad conejil.

-Eso es cierto, pero…-dijo Charo muy despacio, entre el miedo y el recuerdo –Entonces… La vez que te rompistes la patita…, no fue por saltar más alto de lo debido.

- Efectivamente Charo, y las veces que me tapaba los moratones con maquillaje conejil.

-Todavía me cuesta creerlo-dijo Martina

-Ves como no podia contarlo

Beatriz poniéndose las patitas sobre la cara, susurró:

-Pero amiga has vivido en un infierno, y nosotras envidiándote por el marido que tenías.

- Así son las cosas.

Pero ahora… – interrumpió bruscamente Marina - Ahora quien quiere saber cómo has podido adivinarlo, tú que eres la que acaba de llegar, soy yo- exclamó mirando a Miyu con cierta prepotencia.

-Eso es fácil-contestó Miyu - los ojos son el espejo del alma y los de Adela reflejaban mucho miedo.

Adela miró a todas y siguió su relato:

-Por eso mi vida ya no tiene ningún sentido.Mis hijos que era por lo que seguía viviendo .Para no vivir ese infierno se fueron marchando de la madriguera y quedé sola con Isidro, que de tanto licor de zanahoria enfermo del hígado. Lo cuidé en su enfermedad y en ningún momento llegó a pedirme perdón por lo que consideré  que yo había merecido esa vida.

-Adela, ¡por Dios! -replicó Miyu -, ninguna coneja en el mundo se merece que nadie la pegue. Y eso de que tu vida no tiene sentido, no es verdad, piensa que acabas de nacer y que tienes una vida por delante.

-¿Una vida por delante?-pregunto Adela- Fíjate la edad que tengo.

-Tienes que vivir lo que tengas destinado en el libro de la vida.

-¿Qué libro es ese?-pregunto Lucrecia.

-¿No sabéis lo que es el libro de la vida?.

-No-contestaron todas a coro.

-Pues el libro de la vida-continuó Miyu- es blanco y azul, sus paginas nunca se acaban y allí esta escrito cuando has de nacer y cuando morirás. Ningún miembro de la comunidad conejil puede ni nacer ni morir ni un minuto antes de lo que allí esta escrito.

-¿Y ese libro dónde está?-preguntó Martina con cierta sorna.

-En el paraíso conejil.

-¿Y eso dónde está?-se atrevió a preguntar Beatriz.

-Dentro de cada una de nuestras almas conejiles.

Se hizo un silencio y a los pocos segundos, Martina  volvió a preguntar:

-¿Y como quieres que Adela tenga una vida sin sus gazapos y el mal recuerdo de Isidro?

-Por que ella tiene una vida que ha de vivir para ella. No para sus gazapos a ellos los cuidó e hizo unos de ellos unos conejos de provecho. Ellos tienen su propia vida y ella la suya. Del pasado sólo ha de quedarse con los recuerdos agradables y enterrar todo el miedo y la tristeza de su vida anterior. Donde entierre todo esto pondremos una gran piedra, para que nunca esos crudos recuerdos salgan. Adela, a partir de ahora vivirás para ser feliz, con pequeñas cosas que te gusten, cuidando tu jardín, disfrutando de tus amigas, cocinando.

-¿Cocinar para mi sola?-preguntó Adela.

-Hemos decidido que vas a dedicarte los momentos de felicidad que el cuaderno blanco y azul tenga destinado que has de vivir.

Adela asintió y por primera vez en la tarde su boquita reflejo una sonrisa.

-Como eres tan lista, haber si descubres que encierran mis ojos –retó Beatriz a Miyu.

Esta clavo sus rasgados ojos mirándola dulcemente pregunto

-¿De verdad quieres saberlo?

Beatriz contesto con cierta altanería.

-¿Acaso tienes miedo a no acertar?

Miyu acarició sus orejas con sus patitas y sonriendo habló con voz entrecortada.

Dopaso

Una coneja llamada Miyu (Primera Parte)

 

La tertulia empezaba a la seis de la tarde. Las señoras conejas se preparaban adecuadamente, poniendo mucho esmero en su arreglo personal, cepillaban su piel, las patitas las movían con una gracia especial cuando lavaban sus caritas, orejas y hociquito. La mayoría estaban en esa edad que para una coneja empieza a ser problemática. Pero la tertulia de esta tarde iba a ser especial; había llegado una extranjera y todas tenían gran curiosidad, algunos conejos que la habían visto coincidían en que la extranjera era realmente guapa y exótica. La reunión se componía de las siguientes conejas: Las señoras Martina, Lucrecia, Adela, Rosario (Charo para las amigas) y Beatriz, el alma de las reuniones.

   Daban las seis en punto, cuando todas las tertulianas coincidían  en la puerta de la Casa de Cultura Conejil. Lucrecia fue la primera en preguntar,después de los saludos de rigor.

   -¿Habéis visto a la extranjera? ¿Cómo es? ¿Resulta tan extravagante como comentan? Me han llegado a decir que esta operada para no tener gazapos

¡Lo que es una coneja libre sin perjuicios ni ataduras ¡

  -Bueno- terció Beatriz

  -Eso son habladurías de conejas poco ocupadas

  -Pasemos de una vez -comentó Martina -, dentro de unos minutos saldremos de dudas.

   Pasaron todas hacia dentro, el salón estaba coquetamente arreglado, con cojines por el suelo con el nombre de cada tertuliana, bordado a punto de cruz.

   -¿Cuál va a ser el tema del día? - preguntó Adela.

-Hoy debatiremos sobre lo satisfechas o insatisfechas que estamos de la vida que hemos llevado y que tenemos actualmente- sentenció Beatriz-

Se hizo unos minutos de silencio en la sala, hasta que Lucrecia habló:

-Ha pasado un ángel conejil…

Al momento la puerta de la sala se abrió, dando paso al Sr. Conejo Mariano; que ejercía como conserje de la Casa de Cultura Conejil.

-Pase, pase por aquí Sra. coneja, por favor

Detrás de Mariano apareció la “extranjera”. La cara de las Sras. Conejas era todo un poema, asombro, admiración, envidia…, era una mezcla de todos estos sentimientos.

-Sras.-volvió a hablar Mariano-. Esta sra. coneja que está a mi lado, es el nuevo miembro o miembra de la tertulia. La sra. se llama Miyu y procede de Japón, espero que la traten como se merece - dijo en tono de autoridad con su gorra de plato, que siempre la da.

 

Las sras.conejas estaban mudas, ante ellas estaba una coneja blanca de largas orejas que caían a lo largo de su cabeza, abundante y sedoso pelaje, los ojos rasgados de un negro intenso, los bigotes pintados con rimel azul, las patas delanteras torneadas, sobre su cabecita un lindo sombrero.¡Era toda una belleza!.Nadie rompía el tenso silencio, hasta que la recién llegada saludo con voz cantarina.

-Buenas tardes conejiles, me gustaría mucho conocer vuestros nombres.

-Yo soy Beatriz coordinadora de la tertulia.

-Tanto gusto-contesto Miyu

Así una por una fueron presentándose. Beatriz volvió a tomar la palabra.

-Bueno supongo que deberíamos decir a Miyu de que trata el debate de hoy.

-Si-contesto presurosa charo-Hoy vamos a debatir sobre nuestras propias vidas y lo satisfechas o no que estamos.

-Me parece muy interesante-terció Miyu - Pero es un tema delicado, pues para que resulte hay que ser muy sinceras con nosotras mismas, desnudando nuestros más íntimos sentimientos. ¿Creéis que podéis hacerlo?

Hubo un gran silencio que rompió la impetuosidad de Beatriz.

-Por supuesto; nosotras siempre lo somos, entre nosotras no hay secretos. Esperamos que tú que has vivido más mundo también lo seas.

Miyu entornó los ojos y hablando dulcemente contestó.

-Desde luego que voy a ser sincera, porque yo no tengo nada que perder, sin embargo vosotras tenéis familia y una reputación que guardar.

Martina no la dejó terminar, saltó como si estuviera sentada sobre alfileres.

-Nosotras no tenemos nada que ocultar ni de que avergonzarnos, vienes por primera vez y te atreves a juzgarnos.

La cara de Miyu se entristeció y mirando una a una volvió a hablar.

-Siento mucho haberos ofendido, en ningún momento tuve la intenciòn de molestaros. A veces cuando desnudas tu alma no tienes nada de que avergonzarte pero sí puede servir para echar de ella algunas tristezas guardadas, que nos duelen.

Martina volvió a interrumpirla de nuevo.

-Te repito que no tenemos nada que ocultar, sabemos todo de todas.

Entonces la voz de Adela se oyó en la sala un poco entrecortada.

-Martina por favor a lo mejor si empezamos hablar nos podíamos sorprender de lo que cada una guarda en el fondo de su corazón.

-Esta bien.-contesto Martina- si estás tan dispuesta empieza tu hablar.

 ...

Dopaso