Montmartre
Para Laura, porque hoy es su día y porque ya lleva 18 años siendo una de las mejores personas que ha pisado este mundo. Espero que te guste, aunque esté bastante apresurado porque el proyecto orginal se me bloqueó por completo, pero sino haberte buscado una amiga más constante y menos vaga.
Te quiero un montón, pequeñaja (lo que significa que tendrás que aguantar mis tirones de orejas muchos años más xD)
Nuria
Es una noche invernal en París, aunque nadie podría asegurarlo del todo, encerrado en ese habitáculo infernal, sin ventanas que muestren la luna ni dejen pasar el aire. Él cree intuir, sin embargo, que fuera de esas cuatro paredes se abre una noche luminosa y fría, con ventanas titilantes y copos de nieve fugaces muriendo en el omnipresente Sena, líquida serpiente que deambula mucho más abajo, en lo que aún puede ser llamado un “lugar decente”. Cree intuir, en efecto, pues el mareante embrujo de la prisión noctámbula que ya ha comenzado a embotarle los sentidos, deshace sus pensamientos en una maraña de confusión desorientada que se enreda poco a poco entre finos hilos de humo.
Ahí, guarecidos del frío y la nieve, pero expuestos al peligro constante de sus propias pulsiones; el humo, el calor y los efluvios de alcoholes chispeantes y amargos se hacen los dueños de la noche. El ruido domina también, terrible y constante, demoledor. Donde antes se escuchaba música y los sonidos propios de un local como aquel, ahora martillea contra sus oídos un elixir mortal de instrumentos desafinados, peleas de borrachos, gemidos comprados y sudor de hipocresía y mediocridad.
Él, y su mirada desenfocada de la que se ríe la siempre verde absenta que reposa en su vaso, forma parte ya de ese torbellino, de esa espiral de vicios encadenados que retumban sobre el apacible sueño de durmientes esposas e hijos. Él, aún así, no es uno más de esos bombines con vida, de esos trajes confundidos entre faldas de colores que recordarán con una sonrisa cuando escuchen el domingo el sermón del cura o cuando paseen a sus enjoyados floreros por las tiendas más caras. No, él no tiene a nadie a quien mentir a su llegada, ni siquiera un hogar al que regresar bamboleante y cansado. Él forma parte de ese lugar, que es a su vez, gran parte de lo que ha llegado a ser, que tampoco es mucho.
Él es esas mesas maltratadas sobre las que habita la ceniza, esos fragmentos de vidrio, pisoteados una y otra vez por la ebria multitud; es esas mujeres que se olvidan de sus sueños cuando cae la noche. Él es todo eso y más. Él puede distinguir las risas artificiales pintadas de carmín y falso coqueteo de las jóvenes y frescas que alguna vez dejan oír, cuando no deben abandonarse a brazos de extraños y quedan solo ellas, dulces ninfas de Montmartre. Le gusta inmortalizarlas, delicadas, sencillas, antes de verlas transformarse en aves multicolores con rostros enmascarados. Luego danzarán en círculos, como hacen ahora, seducirán al deseo y se fundirán con las primeras luces de la madrugada.
Él, fascinado y aterrado, algunas noches parecidas a ésta abandona su puesto de observador perenne para unirse, sin tener muy claro a qué exactamente. El sudor y el humo son mejores compañeros que las ventanas rotas de una buhardilla desangelada. Las palabras dulces, las caricias perfumadas en lugar de la soledad vacía de una botella rota, se agradecen aunque haya tenido que deslizar un par de sus escasos billetes para obtenerlas.
Se entregará, pues, al torbellino de forma definitiva, y llegará a olvidarse a sí mimo hasta pertenecer absolutamente a un único sonido desgarrador y silencioso que escapa por la garganta reseca de la noche que se despide de sus adeptos.
Después llegará el sol, y con él la soledad y el frío. De los cuerpos que se arremolinaban en un extraño jolgorio compartido quedan tan sólo almas ausentes, desnudas y atormentadas, heridas por los primeros rayos del alba. La ciudad limpiará su conciencia con el ajetreo de la mañana, y los oscuros trajes y corbatas reanudarán su rutina diaria, su vida. Pero, ¿qué será de los seguidores de la noche, de los espíritus de la oscuridad? Pálidos, vacíos, mordiendo el polvo de la calle, desorientados en un universo ajeno al suyo, sólo les queda, como a él, esperar. Esperar rumiando su soledad, recordando lejanos delirios y contemplando las horas que huyen lentamente.
Cuando el cielo del mundo se apague por completo, Montmartre, el cielo de París, volverá a brillar una noche más.
7 comentarios
Vicente -
Qué suerte he tenido de poderos conocer a todos vosotros
Laura Sanchez -
Laura -
Nuria, ¿qué quieres que te diga? Me encanta, ha merecido la pena esperar, en serio, gracias. Eres una escritora alucinante, eres una persona maravillosa, y eres la mejor amiga que existe.
Te quiero
besitos a las tres XD
Cris Xococrispip! -
Besos a las 3!!!jajaja
Cris Xococrispip! -
Te volvería a decir toooodo lo que te he repetido miles de veces, a todas horas, y te lo diré:Eres una de las mejores personas que he visto en este mundo y ya tienes 18 añoooooooooooossss!!!muajajajaj y ten por seguro que seguiremos celebrando juntas todos, toditos tus cumpleañoooooos!!!Porque te adoro pequeñajaaaaa!!!
KISSEEEEEEES!!!
Anónimo otra vez XDDD -
Anónimo XDDD -
LAU MI AMOR...Yo es que ya te lo he dicho todo XDDD Pero aún así...repetiré cuanto te dije ayer por msn......sé que parece que quiero a muchísima gente, sé que a veces devaluo mis te quieros......pero es que a ti....a ti.....ati más que quererte te necesito....porque siempre estas ahí.....o CREÍAS QUE ME OLVIDABA DE CUANDO NOS LESIONAMOS TU Y YO Y ESTÁBAMOS COMO DOS PIPAS EN CLASE AMULETADAS???? ese fue el principio...y final.....final SÉ QUE NO HABRÁ....PORQUE HAY HISTORIAS QUE NUNCA SE DEJAN DE ESCRIBIR.....SINO QUE SIEMPRE TENDRÁN ALGO MÁS QUE CONTAR........
TE AMO GOLFA
Y para ti Nur....simplemente decir que me ha REQUETEENCANTADO LO QUE HAS ESCRITO.....si la bohemia fuera mujer seguramente serías tú.........TE ADORO pequeña.