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Rincón literario

CARTA A UN DESCONOCIDO (SEGUNDA PARTE)

 

Ahora, que veo pasar el tiempo lento entre los olivos, a veces me ocurre , y pienso en ti como si de verdad te hubiera conocido.

Y es que tal vez me hubiera gustado hacerlo y saber de tus miedos espantos de niño pequeño, de la facilidad pasmosa de reconvertir lo blanco en negro y decir, además, que la culpa de todo es del mundo aciago contra el que tú sólo no puedes encontrarte.

¡Qué cosas, verdad? Te cuento esto si conocerte pero seguro de acertar. Sin tenerte nunca cerca, te reconozco al instante y veo con minucioso realidad tu mirada baja, la que tienen los cobardes y otras pequeñas alimañas del bosque, cuando te entrevista en tu despacho. Veo también tu arrogancia de tus palabras habladas en público, suavemente respaldadas por el silencio de tis subordinados, que a veces comen, necesitan hacerlo, ¡Por Dios!, y si callan no es por reconocimiento sino por miedo, el de tus reacciones de geyperman herido que puede cancelar un contrato, sacar la chequera en donde alguien muy cercano te dijo que está tu alma, y firmar el silencio del paro por pura soberbia y no por cálculo de empresario.

Entre la luz plateada de los olivos, con jefes que no necesitan gritos ni amenazas para ser obedecidos, pienso en tus pasos cautivos, en la irrelevancia de tus medidas, que para ser eficaces es necesario incumplirlas, una tras otras, como si el poder te hubiera convertido en un santón iluminado por una luz que nadie sabe de donde viene, pero todos coinciden que no es la de la sabiduría.

Pero…, desconocido mí, ¿por qué haces eso? ¿Qué ganas malpariendo imaginaciones que dañen al prójimo y le obliguen a trabajo inútiles?

Como ahora tengo tiempo, y tal en los olivos se encuentren todas las respuestas al que sepa interrogarlos sin prisa, te prometo que seguiré pensando en ti y en tu corte de Alicia en el País de las Maravillas antes de que te corten la cabeza o, lo que es lo mismo, algún desertor de tu cortijo te cuente esto en la cara y te obligue a suicidarte de tu poder o, me han dicho, pierdas por completo el último átomo de humanidad que aún te queda y rompas las pocas barajas de honestidad y ética que te van quedando mientras ves, sin necesidad de olivos, como la tropa se sale de la formación y camina hacia otros sitios.

 

Vicente

2 comentarios

Susana -

!Dios mio! Alguien te ha cargado de demasiadas energias negativas...

Tipejos como el que describes no merecen tanta atención, mal karma. Ya lo decían mis abuelos "No hay mayor desprecio que el no aprecio".
Vales mucho mas que el tiempo que pierdas en pensar en ellos... y ellos mucho menos que gastar un solo segundo en mentarlos siquiera.

Cris Xococrispip! -

Me encantaaaa!!!!Es...alucinante!!POr favor,sigue la carta!!