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Rincón literario

CARTA A UN DESCONOCIDO (Primera parte)

Si realmente quieres la felicidad, ruega a los dioses que te libren de ansiar y después poseer el poder, pues quedarás encerrado en él, el infierno más desolado de todos los que jamás existieron

Quedarás solo, pues el poderoso no tiene amigos. El camino que te llevará a lo alto es estrecho y sólo cabe uno, y siquiera entero, ya que tendrás que entregar tu alma en cualquier esquina de la más empinada cuesta, y seguirás subiendo, cada vez más alto e indigno.

Por eso, si quieres el poder, es mejor renunciar a todo por puro cálculo y dar la espalda a quien te quiso o te ayudó, no fuera a ser que ahora quisiera tomarse el cobro de sus servicios.

Por eso te digo que lo pienses una vez más antes de emprender el camino de tu ruina. Pues el poder no te librará de todos tus intensos miedos; los hará crecer como culebras dentro. Todas tus debilidades no desaparecerán, sino que te harán un poderoso débil, como ahora ya lo eres, sin atreverte a mirar a los ojos de tus subordinados mientras ejercitas el mando.

Este es el asunto. Incluso heredándolo, renuncia al poder si no eres capaz de mantenerte a ti mismo. Es lo único que puedes hacer para no perder la dignidad ni manchar la de tus ancestros. ¡Huye! ¡Huye de ti y de tu hacienda! Porque más vale pasar por loco que convertirse en un pequeño gran hombre, alzado en la colina de una montaña que, más que encubrirte, Sabina diría que se te está clavando en el culo.

Si no lo haces acabarás como ya lo has hecho, dueño de un cortijo desgobernado que no arroja sombra más que a sí mismo. Y tus subordinados no te admirarán, siquiera te temerán. Aunque pasees por los corredores de tu villa con la vista alzada hacia el infinito suelo y ya no saludes a los que un tiempo fueron tus amigos; aunque intentes encerrarte en tu despacho de falsas maderas nobles y llenes de papeles inútiles tu mesa de trabajo como si fuera un parapeto ante los que vienen; aunque uses tu decisión de darle y quitarle el pan a quien no te diga lo alto y guapo que eres; aunque pase todo esto di que no.

Hazlo para que los que antes fueron tus trabajadores no se conviertan en tus enemigos. Sin siquiera darte el privilegio del odio, no, sólo te tendrán desprecio. Un profundo asco, algo muy parecido a lo que sientes cuando te atreves (cada vez menos) a mirarte en el espejo de los hechos.

Vicente

5 comentarios

Susana -

Te aplaudo,y te agradezco la enseñanza, pero...
Mas desprecio me producen los que para sentirse poderosos, por que lo son de prestado, son Jefes de la guardia pretoriana del Tirano, manos ejecutoras a sueldo, capaces de maquillar su horripilante reflejo y limpiar su conciencia tras el nombre de un heroe humilde y honesto.

Pero la "clase" es un don del alma, que no se compra, ni se hereda de papá, ni siquiera se puede robar... se tiene o no se tiene, sin depender de la categoria de la cuna.

Juanjo -

En cierta ocasión conocí a un falso lider al que le vendría bien leer esta carta aunque no la entendería ya que la última vez que le ví estaba perdido en un laberinto de codicia, envidia y sin razón....

Cris Xococrispip! -

Una carta...IMPRESIONANTEE!!!
Es muy cierto que el poder transforma a todo el mundo y solo gente con un carácter muy fuerte es capaz de evitar esa transformación.La pena es que muy poquitos lo consiguen...
Continúa con estas cartas,nos enseñan demasiado!!

Nuria -

El poder atrae, engancha...lo verdaderamente difícil (y admirable) es resistirse a él.
A ver si sigues dándonos lecciones con tus cartas ;)

Laura -

Ben Parker dijo una vez que "un gran poder conlleva una gran responsabilidad", y lo que el mundo nos demuestra día a día es que hay personas que nunca estarán a la altura de esa frase.
El poder corrompe hasta el alma más pura.