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Rincón literario

MIYU. El Final

Cuando en  esas tristes meditaciones estaba se oyeron sonidos de trompetas y ante mis llorosos ojos apareció un conejo blanco y azul ¡con alas! En sus patitas sujetaba un libro de los mismos colores que él tenía. Yo no salía de mi asombro, me estaba empezando a volver loca, cuando oí una voz melodiosa del conejo portador del libro.

-Escucha Miyu.

-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Por qué tienes alas? ¿Qué contiene ese libro?

-Por favor, Miyu, pareces una metralleta, responderé a tus preguntas una a una ¿de acuerdo?

Asentí con mi cabecita.

-Tu nombre lo sé porque está escrito en este libro. Tengo alas por que soy un ángel conejo. Y lo que contiene el libro es tu vida entera desde el momento en que naciste hasta el momento de tu muerte.

Yo estaba cada vez más perpleja pero esta vez nada más miraba en espera de una explicación coherente a todo lo que estaba pasando. El conejo ángel retomó la palabra.

-Aclarada ya tu curiosidad, te explicaré a que se debe mi visita. Como te he explicado antes en este libro está reflejada tu vida, tus acciones buenas y malas, lo que has hecho y lo que has dejado de hacer por tus semejantes, y sobre el día en que tienes que dejar esta vida y rendir cuenta de tus acciones… Y ese día no ha llegado, por lo tanto, no puedes disponer de tu vida, pues libro blanco y azul está anotado todo lo que han hecho por ti, sin embargo el apartado de lo que debes hacer por los demás está vacío. Mientras esas páginas no estén llenas no habrá llegado el momento de irte al otro lado.

-¿Y qué puedo yo hacer por los demás?

-Muchas cosas, por ejemplo, dar cariño sin esperar nada a cambio. Enseñar lo que sabes a los demás. Cuidar enfermos, consolar a todos los que sufren, dar tu amistad al que la necesite y sobre todo no pensar solo en ti, deja el egoísmo a un lado y piensa en el que tengas a tu lado.¿Te sirve así o prefieres que siga enumerando cosas que puedes hacer por toda la sociedad conejil conocida o desconocida?

-¡Ya! ¿Y quién escribe todo eso en ese libro?

-Esas cosas se escriben solas.

-Enséñamelo por favor.

-N o puedo Miyu, tu no lo puedes leer, es invisible, sólo lo vera en su día el Dios Conejo y te juzgará por lo que lea, así es que empieza a no pensar que el mundo conejil eres tu, y solamente tú.

Dicho esto, aleteó sus blancas alas y desapareció. Quedé mirando el vació que había dejado el ángel conejo, todavía pensando que había sido un sueño o una alucinación que me había jugado mi cerebro de tanto llorar, pero cuando bajé los ojos hacia el suelo vi unas pequeñas plumas blancas con las puntitas azules. No había sido un sueño, era real. Entré en la casa con la intención de tener una conversación con Madan, ella estaba sentada en su cojín con la mirada perdida, como si meditara algo importante.

-Madan necesito hablar con usted.

-Dime Miyu,  te escucho- habló en tono cansado.

-Madan, yo sé que contraje una deuda con usted, la cual estoy dispuesta a pagar.

-Yo no considero que tengas dicha deuda.

-Pero si usted no me deja que pague mi deuda ¿Cómo voy a escribir algo en el libro?

-¿De qué libro hablas?- preguntó extrañada Madan – Escúchame  Miyu, yo he pensado mucho en estos días y he decidido proponerte algo.

-Diré que sí a lo que sea.

-Quieres dejarme que me explique, siempre tan impetuosa. He decidido que tienes que hacer un largo viaje conocer otras comunidades conejiles y olvidar el pasado.

-Pero si me voy ¿Quién cuidara de usted cuando sea más viejecita?

-Todo a su tiempo Miyu. Yo creo que deberías ir a España, tiene un clima soleado y eso será bueno para mis patitas que ya empiezan a resentirse.

-¿O sea que usted también viene?

-No Miyu, no voy todavía, iras tú la primera contactaras con la comunidad conejil. Con el idioma no tendrás problemas, como sabes estudiaste español en tu preparación de geisha, con lo que sabes te defenderás. Cuando te sitúes y encuentres un trabajo, me mandarás llamar para pasar mi vejez contigo; con eso me considero pagada del todo ¿Qué te parece la idea?

-Me parece demasiado generosa ¿Y cómo pagare el viaje, y los gastos hasta que encuentre trabajo?

-Eso esta solucionado, lo que pagó tu protector por tu virginidad, está guardado en aquella cajita ovalada ¿aceptas?

-Claro que lo acepto, y la prometo que no la voy a decepcionar.

-Así después de un largo viaje llegue a parar a vuestra comunidad conejil. Ya estáis al tanto de mi vida y de lo que tengo que hacer de ahora en adelante.

-¡Oh, qué apasionante ha sido tu vida- exclamo Beatriz.

-Por el trabajo no te preocupes hace tiempo que no tenemos bibliotecaria ¿aceptas?-pregunto Lucrecia.

-De mil amores. Yo, aparte, podré daros clases de música , de Taichí y de  historia.

-¿Y qué podremos enseñarte nosotras?- preguntó Charo

-Vosotras me enseñaréis a guisar, limpiar la madriguera y, lo más importante de todo, a cuidar a los gazapos, pues así cuando vosotras tengáis nietos u otras señoras conejas  de la comunidad podré ser útil cuidándolos.

-Pero eso es muy fácil –contestó Adela

-Para vosotras, yo nunca lo he hecho y por lo tanto será muy complicado.

La puerta de la sala se abrió dando paso al señor conejo Mariano, y ajustándose la gorra de plato habló con voz autoritaria.

-Señoras, el tiempo de la tertulia ha finalizado, tengan la bondad de ir saliendo que tengo que cerrar el Centro de Cultura Conejil.

-Siempre con las mismas prisas, Mariano, ya no vamos- dijo Beatriz levantándose de su cojín –. Vamos señoras conejas vallamos saliendo.

Se despidieron todas a la puerta del centro con varios lametones y expresiones de cariño.

Han pasado seis meses desde la llegada de Miyu a la comunidad. Ha empezado a trabajar como bibliotecaria, las clases que imparte van viento en popa a toda vela. Las señoras conejas no tienen tiempo ni de resoplar. Pero de todas las actividades la que más les gusta son las clases de taichi. Se sienten más libres más relajadas . Los señores conejos y los gazapos  están anonadados del cambio que han tenido las señoras conejas

Son más independientes, más cultas, se quieren más y por supuesto, esto repercute en toda la comunidad conejil. Por su parte Miyu ha aprendido a guisar, coser,  arreglar la madriguera y cuidar a los miembros  enfermos de la comunidad. Con la llegada de Miyu han conseguido sacar lo mejor que cada uno llevaba dentro.

Madan fue llamada por Miyu y por toda la comunidad para que viniera a vivir con ellos. Toda la comunidad la  acogió con gran cariño y con ella los más jovencitos aprendieron a respetar a sus mayores y a valorar que ellos tienen que aprender mucho de los más viejos. Y eso Madan  lo con siguió con infinita paciencia, los reunía  todos los sábados por la mañana porque no había escuela  y ,contándoles bellísimos cuentos japoneses, fue consiguiendo su atención y haciendo que se interesaran por los mayores de la comunidad y sus pequeñas batallitas como anteriormente decían los mas jóvenes y que ahora las llamaban historias interesantes y estaban deseando que llegara el sábado para lo que llamaban ellos la reunión de los cuentos de Madan, los cuales les molaban cantidad.

Sólo rompía la paz en la comunidad conejil  lo mal que habían reaccionado algunos señores conejos, aunque afortunadamente la mayoría valoraban mucho el cambio de las señoras conejas, pues era mucho más enriquecedor  tener al lado una coneja  culta y poder hablar con ella de igual a igual. Pero algunos conejos les molestó que las señoras conejas quisieran aprender más, leer, hasta el taichi les parecía algo esotérico.

Pero poco a poco las señoras conejas fueron asistiendo a las clases, se interesaban por diferentes materias y que ellos por eso no dejaban de ser unos machotes conejos, si no todo lo contrario, la sensibilidad y el admirar lo bello no esta reñido con ser un conejo muy conejo. Los que no entraron en la dinámica no me merece dedicarles ni una sola línea, son dignos de lastima.

Miyu. Ella está escribiendo en el libro azul blanco todo lo que necesita para llegar un día a tener el libro completo, y cuando tuviera que coger el tren que la llevaría “al otro lado” (cosa que todavía tardaría mucho años) tuviese su vida escrita con las buenas y las malas acciones  para ponerlas en la balanza para juzgar su paso por la vida .Porque en  esta vida no se puede viajar como una maleta, no debes desplazarte de un lado a otro sin que sufras, ames, te equivoques una y otra vez, y cada vez que caigas levántate.

 

Gracias a todos por leer mi historia.Llametones.

 

Miyu

 

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Dopaso

1 comentario

Cayetana -

Muy bonito. Me ha encantando el cuento y no me espera este final. Me parece fantástica la revolución cultural-femenina conejil.
Por cierto, estas tonta de las cuatro patas se ha quedado ya como frase cotidiana.
Espero impaciente el siguiente cuento.